El pasado viernes 15 de julio de 2016, a las 22.15 h. un grupo de soldados armados cortan el tráfico en los dos principales puentes de Estambul que comunican la parte europea con la parte asiática.
Casi simultáneamente, cazas de combate y helicópteros militares sobrevuelan la capital del país: Ankara. A las once de la noche, el primer ministro turco Yildrim anuncia a la opinión pública que se estaba produciendo un intento de golpe de estado.
Se producen una serie de noticias confusas. Al parecer, los insurrectos han bombardeado el parlamento y han tomado la televisión y la radio oficial. Sin embargo, ningún responsable aparece para dar la cara y anunciar el golpe de estado. El presidente Recep Tayyip Erdogan, en su residencia de vacaciones, no sólo no es detenido por los golpistas (algo que es lo primero que debe hacerse en todo golpe de estado que se precie) sino que vuela sin dificultad alguna hasta Estambul. Su avión sobrevuela la ciudad durante varias horas sin que ningún caza militar lo intercepte y hay que aclarar que el grueso de los golpistas procedían de la fuerza aérea. Las redes sociales, lejos de haber sido bloqueadas por los golpistas (otro error) bullen en defensa de la legalidad constitucional y de su presidente.
A las 06:40 horas del sábado, Erdogan aparece victorioso en el aeropuerto de Estambul, rodeado de sus seguidores. El golpe de estado ha fracaso. Se habla de casi 300 muertos y más de 1400 heridos.
Al día siguiente, Erdogan detiene a casi 3000 militares y otros tantos miembros de la judicatura son suspendidos. Surgen las primeras sospechas: ¿En tan poco tiempo se habían identificado y localizado a tantas personas implicadas en el golpe? ¿No estarían esas “listas negras” preparadas desde hacía ya tiempo?. Poco después se detiene a 30 gobernadores y 7.850 policías por su supuesta simpatía hacia los golpistas. Algunos analistas empiezan a hablar ya de un auto-golpe de estado con el claro fin de poder precipitar una purga de aquellos elementos contarios al régimen de Erdogan e iniciar el tránsito hacia un estado turco plenamente islámico. Algo muy inquietante desde un punto de vista geopolítico.
En este artículo del escritor y periodista Wayne Madsen, publicado en http://www.strategic-culture.org/ en octubre de 2011, se dan algunas claves para entender qué está pasando no sólo en Turquía sino en todo Oriente Medio. Una información que es difícil de encontrar en los medios de comunicación pero que aportan luz sobre qué está sucediendo y quién está detrás de algunos hechos que pueden cambiar la marcha de la historia.